El proceso de elaboración de estas pequeñas joyas de bronce se ha logrado de acuerdo con el proceso llamado «fundición a la cera perdida».
Es el método más rudimentario, pero que varía en poco con métodos más modernos, es decir, solo salvando las diferencias por tener o no más medios.
Para llegar hasta la escultura o figura de bronce se requieren varios pasos, que comienzan, en primer lugar, por el modelado de una escultura con todos los detalles en cera.
Esta escultura es moldeada con la delicadeza y el cuidado que requiere la cera, para ello, los artesanos de la región usan el medio más natural y ancestral: arcilla mezclada con estiércol, de burro, en este caso.
Una vez que se cierra y se sella el molde hay que hacerle una o varias aberturas, de forma que permitirán fluir la cera de su interior que con el calor y el centrifugado vaciarán el molde -de ahí el nombre la técnica de cera perdida- y así poder ser sustituida por el bronce final.
Lo siguiente, tras el proceso de centrifugación será al eliminar y vaciar todo el interior del molde, sustituir la cera por el metal derretido. En este caso el bronce.
Una vez que el bronce se solidifica y se enfría, el molde se rompe con el fin de extraer la escultura.
El proceso no acaba aquí, ya que llega el proceso manual que convertirá así cada elemento en único. La conclusión final es con un trabajo largo y delicado, hasta conseguir el acabado que será copia fiel a la escultura de cera inicial, pero tan solo a falta de limpiar, pulir o aplicar pátinas de colores que pondrán el punto final.
Esperamos que la belleza y la calidad única de los artistas africanos, que combinan originalidad, modernidad y tradición, también lo convenzan.